LA MANERA DE PEDIR en el ritual

Publicado en4 Meses hace por
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LA MANERA DE PEDIR

El descubrimiento del Gran Código Isaiah en las cuevas del Mar Muerto en 1946 ha revelado claves sobre nuestro papel en la creación que estuvieron perdidas en las ediciones del siglo 4 a.C.  Entre estas claves se encuentran las instrucciones de un modelo “perdido” de orar que la ciencia cuántica moderna sugiere que tiene el poder de sanar nuestros cuerpos, traer paz duradera a nuestro mundo y, quizá, prevenir las grandes tragedias que podría enfrentar la humanidad. Cada vez que empleamos esta tecnología interna para orar, experimentamos “El Efecto Isaiah”.

 

Los antiguos Esenios nos recuerdan que hay una poderosa relación entre lo que pasa en nuestro mundo interior de sentimientos y las condiciones del mundo que nos rodea. Quizá increíblemente sencilla, esta relación establece que la condición de nuestra salud, nuestras sociedades, e incluso los patrones del clima, son espejos de la manera en que lidiamos con la vida interiormente. 

Experimentos recientes en la ciencia de las energías sutiles y la física cuántica ahora arrojan credibilidad precisamente a esas tradiciones.

 

Albert Einstein

No podemos resolver un problema con el mismo pensamiento que creó el problema

El poder de la oración basada en el sentimiento, representa una oportunidad para dirigir los grandes retos de nuestro tiempo conforme a un nuevo paradigma de entendimiento consciente y sentimientos que reflejen aquello que deseemos experimentar.


Algunos ejemplos:


“Voy a buscar trabajo.”

¿Qué Instrucción estoy dando al Universo?:
La de que ‘Ordene’ todos mis días para que no Encuentre trabajo... Sino para que, simplemente, me los pase buscándolo.


“Quiero encontrar un buen marido.”
La única Forma en que puede cumplirse mi Orden... es trayéndome hombres que ya estén casados, es decir:
que sean ‘maridos’; y para peor que sean ‘buenos maridos’, que por lo tanto jamás entenderían a otra mujer que no sea su esposa.
Es decir: Ordeno que el Universo me traiga hombres… que jamás me atenderán a mí.


“Quiero que mi padre deje de gritarme.”
Ordeno al Universo que mi padre, todos los días, me grite..., única Forma en que podrá ‘dejar de gritarme’, en tanto no Ordeno que ‘no me grite’, sino que ‘deje de hacerlo’. Para lo cual, primero tiene que hacerlo.


“Quiero Adelgazar.”
Instrucción que Ordena a mi cuerpo y a todo mi Universo a engordar continuamente…, requisito lógico, inevitable y obligatorio para ‘adelgazar’, lo cual nada tiene que ver con “quiero estar flaco”.


“Quiero curarme”
nada tiene que ver con Querer ‘estar sano’, y garantiza organizar un Universo donde vivir enfermándose…, pues es el único modo de ‘curarse’.



GREGG BRADEN nos lo explica una historia personal:


Durante los años 90, en un desierto al sudoeste de los EEUU, ese lugar, se encontraba con la mayor sequía de su historia y un nativo-americano amigo mío, me invitó para que lo acompañara a un lugar en el desierto cerca de Nuevo México, para compartir una plegaria, una ceremonia para que lloviera. Le dije que me encantaría participar y ver de qué se trataba esta plegaria.


Así que nos encontramos en una comunidad de mas de 40.000 bellisimas hectáreas en las montañas del desierto, y de allí fuimos a un lugar tan antiguo que incluso los habitantes de hoy día no saben quien lo construyó. Era esencialmente un círculo de piedras que parecían estar allí desde hace muchos siglos, puestas por las manos de los ancestros durante tantos años atrás.
Fue en este lugar donde mi amigo comenzó su plegaria, y lo que hizo fue sacarse los zapatos, entrar en el círculo y comenzó a llamar a todos sus ancestros en las cuatro direcciones.


Luego me dio la espalda y colocó sus manos en posición de oración, esto duró unos pocos segundos,  luego se da la vuelta y me dice: “Tengo hambre, vamos a comer algo”. Y le digo: “Creí que íbamos a compartir esta plegaria, que íbamos a rezar para que llueva.” Él me miró y me dijo: “No, porque si rezamos PARA que llueva, no va a llover, porque en el momento en que rezas para que algo ocurra, estas confirmando que "eso"no existe en el este momento.” Y me quedé pensando en lo que me dijo porque tuvo mucho sentido.

Si yo digo: “Dios, que haya paz en el mundo”, lo que estoy diciendo es que en este momento la paz no esta aquí, y lo que estoy haciendo es proyectando justo lo contrario a lo que mi plegaria trata de cambiar.

Así que le pregunte a mi amigo: 

-“¿Si no pediste por la lluvia, que fue lo que hiciste?”. -“¿Qué ocurrió cuando cerraste los ojos?”.


El se dio la vuelta hacia mi y me respondió: “Cuando cierro los ojos comienzo a evocar un sentimiento de cómo se siente la lluvia en nuestro pueblo, y recuerdo como huele la tierra mojada en las paredes de nuestras casas, y logro sentir como mis pies se mojan y se entierran en el lodo, y hay mucho lodo porque esta lloviendo mucho. Siento la lluvia caer y, de esta manera, abro la puerta a la posibilidad de traer lluvia a nuestro mundo.”

Esta es pues la forma correcta de orar, debemos sentir como si la oración ya hubiera sido respondida, sentir como es nuestra vida sin la enfermedad que nos aqueja, sin los problemas financieros, sin la discordia que vivimos en nuestros hogares, sin aquello que creemos que nos falta, sintiendo y saboreando que aquello que necesitamos  y que ya forma parte de nosotros, lo estamos realizando ahora mismo.

Con el sentimiento le hablamos a las fuerzas de la creación (que actúan como un espejo) permitiéndole al Universo la oportunidad de manifestarlo.
Fragmento del libro: "La curación espontánea de las creencias".
Gregg Braden.

 

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